domingo, 12 de junio de 2011

Una infancia en San Sebastián

    Hola a todos, pos aqui reactivando esto. Pos rescato alg que había escrito hace tiempo, y mientras termino de escribir algo nuevo, pues aprovecho para dejarles este texto que ya tiene su tiempesito, espero sea de su agrado, y a continuación el texto titulado "Una infancia en San Sebastian":

    Saludos a todos, hace tiempo mi amigo el "francés" Emiliano me sugirió que escriba algo sobre mi infancia en San Sebastián y la verdad me ha parecido una muy buena idea, así que procederé a relatar algo sobre mi infancia en este hermoso Barrio.

    Para empezar he de decir que toda mi vida la he pasado aquí en San Sebastián, en la Calle 81, a dos cuadras del parque y la iglesia de san Sebastián, a media cuadra de la esquina del "Gallo" y a una cuadra de "la Salvación". Pues lo primero que me llamaba la atención de niño eran los nombres de las esquinas. En mi mente infantil no habían los números de las calles como la 81 o la 70, 72, 83, 75 u otros tantos numerales de las calles (misma numeración, que tal vez debido a mi aversión a las matemáticas, tarde tantos años en entender hasta recientemente que me interese por la viejas nomenclaturas y numeraciones de las calles de Mérida) sino solo nombres, que eran tan dispares como, en muchos casos, inentendibles para mí. En la esquina oeste de mi casa está "el Triunfo", más arriba la ya referida Salvación; al este "la violetera" y mas allá el "Gallo"; a la vuelta, sobre la 70, el "Pensamiento" y sobre la 66 "el Alba"; y así otras tantas como el Zapote, el limón, etc.

    Sin embargo, las que más me llamaban la atención eran la del "Gallo" y la del "Triunfo". En el primer caso escuchaba decir a los vecinos que se llamaba así porque hace años (ahora sé que fue hace más de un siglo o más) un gallo se paraba todas las mañanas a cantar para "regocijo" de los vecinos que acostumbraban levantarse temprano a su labores, e incluso en alguna ocasión (tal vez a los 8 ó 9 años) hice por ir a ver si aun iba ese gallo, no obtuve éxito. Ahora sé que en parte el sombre de la esquina se debe a un gallo decorativo que esta empotrado en la puerta, que está sobre la 66, de la casa que está en la mera esquina. Lo malo es que ese gallo no canta, para mala suerte de los madrugadores.

    En el otro extremo, esta la esquina del "Triunfo". Lo curioso con esta esquina es que recibe este nombre por la tienda que esta ahí, en la mera esquina, cuando en realidad la esquina tiene por nombre "el regulador", así es, el regulador, todo aquel que pensara que estos nombres surgieron en la colonia o en el siglo XIX se llevan la sorpresa que ya aparece un aparato propio del siglo xx, tal vez de los comienzos del siglo XX. Volviendo al tema, esta esquina en esos años mozos de mi vida, era vista, pese a que hubiera una tienda muy bien provista, como la parte mala de la calle, la 81, ya que ahí se reunían en las noches, a partir de las 10 u 11 pm, un grupo de personas, entre jóvenes y no tan jóvenes, a tomar "la cebada fermentada" que a los ojos de los vecinos inducía a estos a cometer desmanes y agresiones a las personas que "osaban" a pasar frente a ellos. No hace falta decir que a mis amigos y a mí nuestros respectivos padres nos tenían prohibido ir a la tienda a comprar ya en la noche, ya que así evitaban que nos hiciéramos de malas influencias así como de alguna posible agresión.

    El tiempo paso, y la esquina del "Triunfo" dejo de ser de tan mala influencia, aunque los borrachos seguían ahí solo los fines de semana, al final era una mejora, de estar a diario a solo tres días de la semana era ganancia. Ahora, todos aquellos que se reunían en esa esquina ya son más grandes, tienen familias y trabajos, y la tienda ya cierra a las 11pm, y todas las noches el "Triunfo" es otra de tantas esquinas solitarias que hay en san Sebastián...

    En fin, mi infancia también transcurrió en la Calle 81, en donde casi todas las noches salíamos mis amigos y yo a jugar. Todos nosotros nacimos entre 1984 y 1988, por los que la diferencia de edad no era tanta. Solíamos ser unos 20 niños en la calle, a veces nos juntábamos todos, otras no éramos mas de 8, pero siempre salíamos a jugar, desde los 7 años en mi caso, tanto a la pelota (llámese futbol, baseball, volibol, etc.) como a caza vanado, el clásico busca busca, pesca pesca, palitos chinos, etc. O para los días de muertos, y otras ocasiones, a contar leyendas y cuentos de terror, oídos de nuestros abuelos y padres, o a esperar a que pasen las animas, misión que siempre fracaso y que aun seguimos intentando, mas como pretexto de convivencia.

    En fin, diversión nunca falto. Era común escuchar gritos y carreras de nuestra parte (así como los "típicos" regaños de vecinos que decían que éramos unos revoltosos, y que nosotros decíamos que eran amargados) e incluso en alguna ocasión la mamá de un amigo o su hijo, no recuerdo muy bien, comento que en un periódico, supongo que el Yucatán, salió una nota que decía que mi calle, la 81, era la calle más alegre de toda Mérida porque en ella era común ver a los niños jugando en ella, y sorteando carros muchas veces jeje, a diario lo cual ya no era tan común. Nunca vi esa nota en persona, ni tampoco sé si realmente salió o solo fue un invento para alegrar a mis amigos y a mí, pero es bonito decir que quedo ese comentario como una anécdota muy curiosa y divertida de mi infancia. Eso sí, si alguna vez salió dicha nota se que tarde o temprano me topare con ella.
 
    En fin, tengo muchas cosas por contar, y por recordad, y admito que esto ha sido un ejercicio muy nostálgico y divertido y que creo que continuare en una próxima entrega, pero sin duda alguna aun hay mucho que decir, de las vivencias en el parque, en la iglesia, en la escuela así como en las calles aledañas. Espero que les allá sido de su agrado y ojala que se animen a comentar. Nos vemos, o leemos, pronto.

     P.D. si desean saber los demás nombres de las esquinas de la ciudad les recomiendo dos libritos:
     primero el "Catálogo Histórico de Mérida" de Gonzalo Cámara Zavala  que trata integramente sobre este
     asunto así como da datos de las construcciones que hay en cada calle y  "Nuestra ciudad, Mérida de 
     Yucatán (1542-1938)" de Gabriel Ferrer en el dedica un capitulo a dar el listado de todas las esquinas
     de la ciudad con sus respectivos nombres.

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