domingo, 12 de junio de 2011

Escenas de mi Infancia: La Manuel Cepeda Peraza.


    El viernes 10 de junio pasado, en la noche, se presento en la Casa de la Historia de la Educación de Yucatán (ubicada a un costado de la Secundaria Agustín Vadillo Cícero) se presento una serie de folletos titulados “Mi Escuela en el Centenario” que tratan sobre la historia de diversas escuelas que son representativas no solo de Mérida sino de Yucatán en General. Entre estas escuelas se encuentra la Primaria “Manuel Cepeda Peraza” del Barrio de San Sebastián, de donde yo soy.

    El caso es que, tras ojear en un primer momento y luego leer bien el folleto, aparte de ver datos que ya sabía gracias a las historias que me han contado por mi abuelita, mi mamá y otros vecinos además de lo que he leído en los periódicos durante mi paso en la Hemeroteca también pude conocer otras cosas de las que no tenía conocimiento previo. Pero lo más importante ha sido que me ha hecho revivir viejos recuerdos de mi paso en ese viejo recinto escolar.

    Lo normal es que uno pase 6 años de su vida en la primaria, muchas veces en un mismo edificio, otros casos en diversas escuelas por variadas circunstancias; pero en mi situación fueron 8 años en esa escuela, se preguntaran ¿acaso repetiste 2 años ahí? Mi respuesta es que no, sino que desde el Kinder ya pasaba mi infancia ahí, él porque se los comentare en un momento.

    Resulta que mi madre es Maestra Jubilada actualmente, pero cuando ejercía el magisterio ella impartió clases en esta primaria, en la Cepeda Peraza, y dio clases en los grados 4º, 5º y 6º durante poco más de 12 años. Su servidor estudio el Kinder en la María Antonia Ancona, ubicado a la vuelta de la manzana en donde se encuentra la Cepeda Peraza, y me retiraban a las 11am, mientras que mi mamá terminaba de dar clases de 5º a las 12pm pero en lo que retiraba a sus alumnos y hacía otros pendientes terminaba quitándose de la escuela a las 12:30pm aprox., esto propiciaba que desde ya estando en el kínder pasara hora y media en promedio al día en esta primaria.

    Ahora bien, ¿qué puede hacer un niño de kínder durante hora y media en una primaria? Pues muchas cosas, de entrada explorar la escuela, ya que esta al ser una escuela vieja cuenta con un gran terreno y en ese momento contaba con bastantes arboles por lo que se prestaba para vivir aventuras, claro, en el contexto de un mundo infantil. Pero no era solo eso, también el aspecto de la escuela inspiraba ese aire de misterio que hace que la imaginación de un niño vuele, ya que este edificio tiene un aspecto de monumentalidad, como todo buen edificio porfiriano, que recuerda a un templo y a esto contribuye en mucho las columnas que hay en esta escuela.

    Pues bien, un niño solo no puede lograr mucho pero cuando se junta con otros pues, digamos que el índice de aventuras y diversión aumenta exponencialmente, y pues el primer grupo de compinches que tuve eran los otros hijos de las maestras. Ellos eran laura, melissa, Didier, Kelly, estefhany y anilu, y con ellos pues pase bastantes aventuras en esta escuela durante varios años. Ya desde mis andadas con ellos me imaginaba que la escuela tenía como 100 años de edad, y para esa época debo decir que erre el cálculo por diez años jajaja, y a partir de esa suposición creíamos que en la escuela habían fantasmas y demás espíritus chocarreros que a habitaban, y ayudaban a creer mas en esta idea los conserjes que nos contaban que debes en cuando las escobas, sillas, borradores y demás eran movidos o aparecían en otros lados sin explicación alguna. Ahora que lo pienso creo que los conserjes se divertían más con esto que nosotros que éramos niños.

    En fin, los años pasaron, ahí estudie mis seis años de primaria, esta escuela se hizo como mi segundo hogar, ahí hice muchos amigos, así como también viví muchos momentos agradables como desagradables también, pero prefiero quedarme en mi mente con aquellos buenos momentos, que al final son los que me vivieron a la mente cuando leí el folleto de la Cepeda Peraza.

    Al final creo que divague más en vez de ser conciso, pero en mi mente están muchos recuerdos que me están sacando más de una sonrisa y más que una sonora carcajada. En fin la escuela es algo hermoso, y mucho más la primaria. Me despido con una cita de Jaime Balmes, tal vez no venga mucho al caso pero considero que es muy cierta y la verdad la pongo por mero gusto “La educación es al hombre lo que el molde al barro. Le da la forma.”.

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