domingo, 2 de noviembre de 2014

La chica del parque

Leer en paz y con calma se ha vuelto algo complicado, la tecnología no me da tregua para concentrarme, los ladridos de los perros no dejan concentrarse, los gatos buscan mil y un maneras de buscar tu atención, y finalmente, en ocasiones no tengo tiempo de leer por placer ya que estoy ocupado preparando clases. Y como una solución a esto, algunas veces algo de mi casa y me dirijo a un parque o a un café a leer, 10 o 20 minutos, a veces una hora, otras un poco más.
        Y ya instalado a leer en alguno de los lugares mencionados, pocas cosas logran distraerme de mi lectura, solo lo hace el pedir un café, el saludar a algún conocido (cosa que sucede en muy contadas ocasiones) o algo que suceda en el lugar. Sin embargo, una tarde de fin de semana, de ese día que nos recuerda al sol, decidí ir a un parque a leer algo ligero. Ya en el lugar, me dispuse a instalarme en una banca que estuviese limpia, con suficiente sombra y a una distancia prudente de las ramas de los arboles, y comencé mi lectura.
        Decidía leer algo sobre la Gran Guerra y mientras llevaba a cabo mi actividad opte por dar una rápida mirada al rededor del parque. Poca gente, algunas señoras y señores ataviados de blanco y con rosarios en mano, posiblemente reuniéndose para alguna actividad de la iglesia, un par de extranjeros en otros extremo admirando la iglesia colonial, en otro lado (cerca de la esquina) un grupo de jovencitos esperando el paso de algún medio de transporte, atrás de mi un par de "viene viene" vigilando los coches ya estacionados, y muy a mi izquierda (en el mercado) unos señores limpiando las mesas de su negocio y otro atendiendo a unos clientes, un par de niños en los juegos del arenal y palomas, muchas palomas, tanto en la orilla de la fuente como en las ramas de los arboles.
        Seguí leyendo, y de golpe, algo llamo mi atención, una joven que llegaba al parque,  se sentó a unos 12 metros a mi izquierda, no tendría más de 20 años, de piel color canela, cabello castaño, rasgos finos en el rostro, vistiendo unos jeans ajustados y un suéter azul claro. Tras verla, comencé a intercalar mi atención entre mi lectura y ella, observe lo que hacía: por ratos se acomodaba el pelo, miraba la hora cada determinado tiempo, se retocaba un poco el rubor; evidentemente esperaba a alguien y por su comportamiento ese alguien seguro era su novio o pretendiente. 
        Habrán pasado unos 15 minutos en los que la observaba instantes y me regresaba a mi lectura, hasta que llegó a quien ella esperaba. Su reacción no pudo ser mas natural y llena de felicidad, lo abrazo y le dio un beso, él con naturalidad le respondió, después se sentaron con las manos entrelazadas, platicaron mientras se daban muestras de afecto, y los dos se mostraban con evidente cariño y afecto mutuo. Pasados unos minutos ya no estaban. En ese lapso habré avanzado unas 10 o 15 páginas de mi lectura, para luego seguir leyendo una media hora más. Al final, mientras disfrutaba mi texto, solo pude pensar "ojala algún día pueda tener a alguien que espere así por mi, y a la cual le pueda corresponder igual".

¿A dónde vas cuándo no tienes a dónde ir?

¿A dónde vas? Esa pregunta ronda mi mente en estos días, cada que me encuentro solo, tanto en compañía como en soledad, ¿ A dónde vas?. Hagamos un recuento.
        Entre semana te levantas a primera hora, tu mente como tu cuerpo comienzan a trabajar, mientras tus piernas, brazos y manos se mueven mecánicamente en las pequeñas primeras actividades del día como el levantarse, ducharse, enjuagarse la boca y cepillarte los dientes, el comer algo ligero (si es que el tiempo apremiante lo permite), lavarse los dientes, vestirse y buscar tu bulto y llaves, tu mente comienza a generar pensamientos, tu ya sabes a donde tienes que ir, pero tu mente, esa eterna compañera que te conoce por completo aunque tu lo ignores, se pregunta y te pregunta ¿A dónde vas? y tu respondes "a dónde tengo que ir".
        Sales de casa, tomas el transporte público o tu vehículo propio, observas el trayecto, las muchas calles y edificios a ambos lados del camino, a las muchas personas que se dirigen a diferentes destinos, todos parecen estar seguros de a donde van, tu igual lo pareces, pero en tu mente sigue la misma pregunta ¿a dónde vas?. Llegas finalmente a tu destino, entras a la cede de tus actividades diarias, pasan las primeras horas, y luego recuerdas que tienes que moverte e ir a tu otro lugar de trabajo, tomas tus cosas y emprendes el segundo viaje del día. Transporte, personas, calles y edificios se suceden uno tras otro, hasta que finalmente llegas al segundo destino.
        Continuas con tu trabajo, concentrado en el algunas veces y en otras distraídamente, y de golpe pasan del medio día y tu ya has terminado por lo que recoges tus cosas y te vas. Es hora de comer, por lo que el tercer viaje del día comienza. Personas, vehículos y transporte, calles y edificios se suceden uno tras otro, buscando dónde comer, tus sentidos concentrados en el camino y tu mente recordándote su mantra  ¿a dónde vas?. Encuentras un lugar, comes, y ya satisfecha una necesidad prioritaria del cuerpo toca moverse de nuevo, y dependiendo del día, o toca ir a casa o toca el tercer lugar de trabajo, de cualquier manera, tu terminaras en casa cuando el sol se ponga. El trayecto es el mismo: personas, transportes y vehículos, calles y edificios; llegas a casa y toca terminar con los deberes del día, cenas, te desestresas, te distraes y te dispones a dormir, pero aun cuando estas en casa, tu mente sigue preguntando ¿a dónde vas?. Un largo silencio se cierne junto con una momentánea oscuridad, y tras pestañear un instante, la rutina vuelve a comenzar.
        Llega el fin de semana, trabajas sábado y descansas domingo. Y en el transcurso de esos dos días, tu reflexionas y analizas ¿qué harás? ¿con quién estarás? ¿a dónde irás? pero súbitamente tu mente te recuerda que estas solo, te sientes solo, todos tienen planes diferentes a los tuyos, que tu trayecto de toda la semana es rutina, si la disfrutas o no es circunstancial, que tu estás solo y que la pregunta que tanto te acosa no es por el día días sino por tu futuro,por sabes si alguien estará ahí para ti o si terminarás solo, te das cuenta que en este momento, en este instante, tu respuesta es que no sabes a donde vas, que no hay quien te espere o quien te acompañe y por lo tanto no hay destino alguno al que partir. Entonces, al unisono con tu mente, juntos dicen ¿A dónde vas cuando no tienes a dónde ir?.   

domingo, 12 de junio de 2011

Escenas de mi Infancia: La Manuel Cepeda Peraza.


    El viernes 10 de junio pasado, en la noche, se presento en la Casa de la Historia de la Educación de Yucatán (ubicada a un costado de la Secundaria Agustín Vadillo Cícero) se presento una serie de folletos titulados “Mi Escuela en el Centenario” que tratan sobre la historia de diversas escuelas que son representativas no solo de Mérida sino de Yucatán en General. Entre estas escuelas se encuentra la Primaria “Manuel Cepeda Peraza” del Barrio de San Sebastián, de donde yo soy.

    El caso es que, tras ojear en un primer momento y luego leer bien el folleto, aparte de ver datos que ya sabía gracias a las historias que me han contado por mi abuelita, mi mamá y otros vecinos además de lo que he leído en los periódicos durante mi paso en la Hemeroteca también pude conocer otras cosas de las que no tenía conocimiento previo. Pero lo más importante ha sido que me ha hecho revivir viejos recuerdos de mi paso en ese viejo recinto escolar.

    Lo normal es que uno pase 6 años de su vida en la primaria, muchas veces en un mismo edificio, otros casos en diversas escuelas por variadas circunstancias; pero en mi situación fueron 8 años en esa escuela, se preguntaran ¿acaso repetiste 2 años ahí? Mi respuesta es que no, sino que desde el Kinder ya pasaba mi infancia ahí, él porque se los comentare en un momento.

    Resulta que mi madre es Maestra Jubilada actualmente, pero cuando ejercía el magisterio ella impartió clases en esta primaria, en la Cepeda Peraza, y dio clases en los grados 4º, 5º y 6º durante poco más de 12 años. Su servidor estudio el Kinder en la María Antonia Ancona, ubicado a la vuelta de la manzana en donde se encuentra la Cepeda Peraza, y me retiraban a las 11am, mientras que mi mamá terminaba de dar clases de 5º a las 12pm pero en lo que retiraba a sus alumnos y hacía otros pendientes terminaba quitándose de la escuela a las 12:30pm aprox., esto propiciaba que desde ya estando en el kínder pasara hora y media en promedio al día en esta primaria.

    Ahora bien, ¿qué puede hacer un niño de kínder durante hora y media en una primaria? Pues muchas cosas, de entrada explorar la escuela, ya que esta al ser una escuela vieja cuenta con un gran terreno y en ese momento contaba con bastantes arboles por lo que se prestaba para vivir aventuras, claro, en el contexto de un mundo infantil. Pero no era solo eso, también el aspecto de la escuela inspiraba ese aire de misterio que hace que la imaginación de un niño vuele, ya que este edificio tiene un aspecto de monumentalidad, como todo buen edificio porfiriano, que recuerda a un templo y a esto contribuye en mucho las columnas que hay en esta escuela.

    Pues bien, un niño solo no puede lograr mucho pero cuando se junta con otros pues, digamos que el índice de aventuras y diversión aumenta exponencialmente, y pues el primer grupo de compinches que tuve eran los otros hijos de las maestras. Ellos eran laura, melissa, Didier, Kelly, estefhany y anilu, y con ellos pues pase bastantes aventuras en esta escuela durante varios años. Ya desde mis andadas con ellos me imaginaba que la escuela tenía como 100 años de edad, y para esa época debo decir que erre el cálculo por diez años jajaja, y a partir de esa suposición creíamos que en la escuela habían fantasmas y demás espíritus chocarreros que a habitaban, y ayudaban a creer mas en esta idea los conserjes que nos contaban que debes en cuando las escobas, sillas, borradores y demás eran movidos o aparecían en otros lados sin explicación alguna. Ahora que lo pienso creo que los conserjes se divertían más con esto que nosotros que éramos niños.

    En fin, los años pasaron, ahí estudie mis seis años de primaria, esta escuela se hizo como mi segundo hogar, ahí hice muchos amigos, así como también viví muchos momentos agradables como desagradables también, pero prefiero quedarme en mi mente con aquellos buenos momentos, que al final son los que me vivieron a la mente cuando leí el folleto de la Cepeda Peraza.

    Al final creo que divague más en vez de ser conciso, pero en mi mente están muchos recuerdos que me están sacando más de una sonrisa y más que una sonora carcajada. En fin la escuela es algo hermoso, y mucho más la primaria. Me despido con una cita de Jaime Balmes, tal vez no venga mucho al caso pero considero que es muy cierta y la verdad la pongo por mero gusto “La educación es al hombre lo que el molde al barro. Le da la forma.”.

Una infancia en San Sebastián

    Hola a todos, pos aqui reactivando esto. Pos rescato alg que había escrito hace tiempo, y mientras termino de escribir algo nuevo, pues aprovecho para dejarles este texto que ya tiene su tiempesito, espero sea de su agrado, y a continuación el texto titulado "Una infancia en San Sebastian":

    Saludos a todos, hace tiempo mi amigo el "francés" Emiliano me sugirió que escriba algo sobre mi infancia en San Sebastián y la verdad me ha parecido una muy buena idea, así que procederé a relatar algo sobre mi infancia en este hermoso Barrio.

    Para empezar he de decir que toda mi vida la he pasado aquí en San Sebastián, en la Calle 81, a dos cuadras del parque y la iglesia de san Sebastián, a media cuadra de la esquina del "Gallo" y a una cuadra de "la Salvación". Pues lo primero que me llamaba la atención de niño eran los nombres de las esquinas. En mi mente infantil no habían los números de las calles como la 81 o la 70, 72, 83, 75 u otros tantos numerales de las calles (misma numeración, que tal vez debido a mi aversión a las matemáticas, tarde tantos años en entender hasta recientemente que me interese por la viejas nomenclaturas y numeraciones de las calles de Mérida) sino solo nombres, que eran tan dispares como, en muchos casos, inentendibles para mí. En la esquina oeste de mi casa está "el Triunfo", más arriba la ya referida Salvación; al este "la violetera" y mas allá el "Gallo"; a la vuelta, sobre la 70, el "Pensamiento" y sobre la 66 "el Alba"; y así otras tantas como el Zapote, el limón, etc.

    Sin embargo, las que más me llamaban la atención eran la del "Gallo" y la del "Triunfo". En el primer caso escuchaba decir a los vecinos que se llamaba así porque hace años (ahora sé que fue hace más de un siglo o más) un gallo se paraba todas las mañanas a cantar para "regocijo" de los vecinos que acostumbraban levantarse temprano a su labores, e incluso en alguna ocasión (tal vez a los 8 ó 9 años) hice por ir a ver si aun iba ese gallo, no obtuve éxito. Ahora sé que en parte el sombre de la esquina se debe a un gallo decorativo que esta empotrado en la puerta, que está sobre la 66, de la casa que está en la mera esquina. Lo malo es que ese gallo no canta, para mala suerte de los madrugadores.

    En el otro extremo, esta la esquina del "Triunfo". Lo curioso con esta esquina es que recibe este nombre por la tienda que esta ahí, en la mera esquina, cuando en realidad la esquina tiene por nombre "el regulador", así es, el regulador, todo aquel que pensara que estos nombres surgieron en la colonia o en el siglo XIX se llevan la sorpresa que ya aparece un aparato propio del siglo xx, tal vez de los comienzos del siglo XX. Volviendo al tema, esta esquina en esos años mozos de mi vida, era vista, pese a que hubiera una tienda muy bien provista, como la parte mala de la calle, la 81, ya que ahí se reunían en las noches, a partir de las 10 u 11 pm, un grupo de personas, entre jóvenes y no tan jóvenes, a tomar "la cebada fermentada" que a los ojos de los vecinos inducía a estos a cometer desmanes y agresiones a las personas que "osaban" a pasar frente a ellos. No hace falta decir que a mis amigos y a mí nuestros respectivos padres nos tenían prohibido ir a la tienda a comprar ya en la noche, ya que así evitaban que nos hiciéramos de malas influencias así como de alguna posible agresión.

    El tiempo paso, y la esquina del "Triunfo" dejo de ser de tan mala influencia, aunque los borrachos seguían ahí solo los fines de semana, al final era una mejora, de estar a diario a solo tres días de la semana era ganancia. Ahora, todos aquellos que se reunían en esa esquina ya son más grandes, tienen familias y trabajos, y la tienda ya cierra a las 11pm, y todas las noches el "Triunfo" es otra de tantas esquinas solitarias que hay en san Sebastián...

    En fin, mi infancia también transcurrió en la Calle 81, en donde casi todas las noches salíamos mis amigos y yo a jugar. Todos nosotros nacimos entre 1984 y 1988, por los que la diferencia de edad no era tanta. Solíamos ser unos 20 niños en la calle, a veces nos juntábamos todos, otras no éramos mas de 8, pero siempre salíamos a jugar, desde los 7 años en mi caso, tanto a la pelota (llámese futbol, baseball, volibol, etc.) como a caza vanado, el clásico busca busca, pesca pesca, palitos chinos, etc. O para los días de muertos, y otras ocasiones, a contar leyendas y cuentos de terror, oídos de nuestros abuelos y padres, o a esperar a que pasen las animas, misión que siempre fracaso y que aun seguimos intentando, mas como pretexto de convivencia.

    En fin, diversión nunca falto. Era común escuchar gritos y carreras de nuestra parte (así como los "típicos" regaños de vecinos que decían que éramos unos revoltosos, y que nosotros decíamos que eran amargados) e incluso en alguna ocasión la mamá de un amigo o su hijo, no recuerdo muy bien, comento que en un periódico, supongo que el Yucatán, salió una nota que decía que mi calle, la 81, era la calle más alegre de toda Mérida porque en ella era común ver a los niños jugando en ella, y sorteando carros muchas veces jeje, a diario lo cual ya no era tan común. Nunca vi esa nota en persona, ni tampoco sé si realmente salió o solo fue un invento para alegrar a mis amigos y a mí, pero es bonito decir que quedo ese comentario como una anécdota muy curiosa y divertida de mi infancia. Eso sí, si alguna vez salió dicha nota se que tarde o temprano me topare con ella.
 
    En fin, tengo muchas cosas por contar, y por recordad, y admito que esto ha sido un ejercicio muy nostálgico y divertido y que creo que continuare en una próxima entrega, pero sin duda alguna aun hay mucho que decir, de las vivencias en el parque, en la iglesia, en la escuela así como en las calles aledañas. Espero que les allá sido de su agrado y ojala que se animen a comentar. Nos vemos, o leemos, pronto.

     P.D. si desean saber los demás nombres de las esquinas de la ciudad les recomiendo dos libritos:
     primero el "Catálogo Histórico de Mérida" de Gonzalo Cámara Zavala  que trata integramente sobre este
     asunto así como da datos de las construcciones que hay en cada calle y  "Nuestra ciudad, Mérida de 
     Yucatán (1542-1938)" de Gabriel Ferrer en el dedica un capitulo a dar el listado de todas las esquinas
     de la ciudad con sus respectivos nombres.

martes, 17 de agosto de 2010

"¿Cual fue tu primer libro?"

  "Un libro, como un viaje, se comeinza  con
  

    inquietud y se termina con melancolía".
              Jose Vasconcelos (1882-1959)

           Oh!, los libros, que objeto tan valioso y práctico  o tan molesto y estorboso, depende del punto de vista de cada quien, sin embargo son una fuente de información inagotable así como estimulantes de nuestra imaginación y una ventana a un mundo, real o no, que en un momento dado nos puede ser desconocido.
          No se ustedes, pero yo dificilmente les podre decir cual fue el primer libro que tuve ni quien me lo habrá regalado, pero si recuerdo uno en especial, uno que fue un regalo, que aprecie mucho tiempo y que lamente haber perdido tras isidoro (imaginense que le habra pasado).
          El libro en cuestión es uno de esos pocos libros de texto de la SEP que son una joya y que en verdad vale la pena conservar. El libro se llama "Así cuentan y juegan en el Mayab" y fue editado por la CONAFE en el no tan lejano año de 1993. Este libro fue un obsequio de mi tío Francisco, Profesor de primaria y secundaria en Tekax, y me lo dio justamente por que este libro sólo iba a ser dado a los alumnos de tercer año de las escuelas del interior del Estado y, no se sí en años posteriores se repartio a otros grados y  sí llego a las escuelas de Mérida, ese mismo año nunca vi que lo repartieran en mi primaria, en todo caso fue un regalo muy bien apreciado por mi.
          Recuerdo que se convirtio en mi libro favorito, ya que no solo contaba historias y leyendas mayas y de los pueblos, sino que traía adivinanzas, canciones infantiles, juegos y explicaciones de la cultura meztiza de yucatán además de estar bellamente ilustrado, situación que hacía que mi mente recreara todas esas escenas en mi cabeza y en mi infantil mundo (tenía 7 años para esa época). Recuerdo que reía mucho con la historia del conejo de la luna, y del jaguar al que timaba; tenía miedo al leer la historia de la x'taba'y y del Kisin; supe que había un espiritú protector del ganado llamado Juan Tuul y esperaba con emoción atrapar en plenas travesuras a los escuridisos aluxes; en fin, todo un deleite para mi imaginación infantil.
         Conforme fui creciendo, mantuve mi gusto por ese libro, lo guardaba y tenía un lugar privilegiado entre mis cosas (siendo mi favorito incluso sobre mis libros de mitología y de cultura romana o de informatica), hasta que llego Isidoro e inundo mi cuarto y con el se perdio mi libro favorito de mi infancia. Pensé que núnca mas lo vería otra vez, había quedado hecho una papilla irreconocible, así que pasaron los años hasta que el año pasado, revisando los libros de la Librería de Educar, entre las estanterías vi una familiar portada, de color verde y con una imagen que mezclaba jaguares, tucanes, piramides, flamengos y el sol de forma caricaturesca; mi corazón emepezo a latir de emoción, a mi interior dije "no puede ser, sera ese el libro" y lo tome entre mis manos y comprobe con incredulidad que en efecto era ese libro que tanto quise en mi infancia. No lo pense dos veces y lo compre, regrese a mi casa y me puse a leerlo de nuevo, recordando las sensaciones que me producía en mi niñez, me puse feliz y lo coloque en un lugar privilegiado de mi librero, esta vez no lo perdería de nuevo.
          Este es mi travesía con un libro sencillo que tanto me ha significado, y estoy seguro que muchos han de tener un libro que es su favorito, su consentido, con el que cargan cada vez que viajan, el que leén una y otra vez sin que les canse. Muchos habran tenido como primer libro tal vez "El Principito", otros pueden que haya sido alguno sobre alguna mitología, otros se habran iniciado en el mundo de la lectura con los libros de textos de Español de la SEP, otros con algun clásico de la literatura, sea cual sea su primer libro o su libro favorito sé que los recuerdan con sumo apresio o los conservan como un tesoro invaluable, y es que al final un libro es un tesoro que nunca deben de ser remplazados, por que el placer de tener entre tus manos las ojas y el poder pasarlas a tu ritmo una y otra vez es inigualable.
       Y a tí te pregunto ¿recuerdas tu primer libro? ¿que sensaciones te creaba? ¿ a que mundos te permitía acceder?...

   "Los libros siempre hablan de otros 
    libros, y cada historia cuenta una 
    historia que ya se ha contado".
    Umberto Eco (nacido en 1932)

lunes, 16 de agosto de 2010

"Larga vida al Blog"

    Saludos, sean todos bienvenidos a este mi nuevo espacio, que espero que con el tiempo se vuelva un punto de visita, sino obligado, cuando menos constante de sus andadas por este mundo virtual del Intenet. Los blogs pueden ser vistos como: o una moda de a red, que inevitablemente pasara de moda; o como un medio mas, de los tantos que hay, que permite compartir no solo información y datos, sino tambien puntos de vista y piniones sobre los mas diversos temas y que con el tiempo se ha ido consolidando mucho mas. Yo espero estar en esta segunda visión.
     
    ¿Por que de mi blog? pues por que quiero tener ese espacio en donde pueda vacíar todas mis ideas, puntos de vistas, vaciladas que me vengan de golpe, toda idea abstracta o "fumada" que se me ocurra, en si, que sea este espacio una estención de mi mente. Les sere franco, estes es mi tercer intento por tener un blog, y estoy convencido que este será el definitivo, los dos anteriores (Atila_Conqueror: El Blog de George y Atila_Conqueror: El Blog de George 2.0) se perdieron en el intento, el primero por que se me olvidaron las contraseñas para entrar a el (así es, la del correo de gmail y la del blog) y el segundo por que pase todo un mes sin escribir en el y al final le perdi el interes, pero en este no sucedero los casos anteriores, este blog sera fijo y con contenido constante (un articulo por semana cuando menos).
     Ahora algo que seguramente se preguntaran, ¿por que del nombre?, pues aqui les explico. En la facultad de Antropología de la UADY he sido conocido como porterito practicamente desde que entre  a la facultad, por el hecho de ser el guardamenta del equipo de futbol  y por ser un futbolero conocido, además de que pocos me conocen por mi nombre real (soy jorge luis lópez, no se les olvide jeje), por lo que decidi utilizar este apodo para darle nombre a este blog, tal vez no sea tan original, pero considero que cumplira con su función de darle personalidad a este espacio.
    En fin, despues de mucho escribir (y de tal vez marearles con tanta palabrería mia), les hago una ultima pero atenta invitación a que le den una oportunidad a este blog y que lo visiten y sino es mucho pedir, que me regalen sus opiniones, que ellas serviran para mejorar este rincon, Me despido no sin antes darles las gracias por su tiempo. Se despide su servidor el Porterito.